¿El fin de la narcotiranía socialista de Venezuela 🇻🇪 vendrá desde el exilio?
Han sido muchas las decepciones electorales que hemos vivido los venezolanos en los últimos 25 años de revolución bolivariana chavista, siendo el año 2004 en el famoso referéndum revocatorio presidencial contra el dictador de izquierda Hugo Chávez realizado el 15 de agosto de 2004, el primero de ellos en cuanto a gran magnitud y dimensión. Desde entonces el fraude electoral fue institucionalizado en Venezuela por el chavismo.
En cada elección el chavismo siempre ha salido fraudulentamente victorioso, durante años han existido denuncias y muchas evidencias que han demostrado los recurrentes fraudes electorales en Venezuela, de tal manera que nada nuevo bajo el sol.
Lo impresionante es la facilidad con la que siempre se ilusiona a los venezolanos con una nueva epopeya electoral contra un Goliat chavista tiránico donde las ilusiones de triunfo que se le venden a los venezolanos ilusos y fervientemente democráticos siempre terminan siendo aplastadas por esa misma realidad del fraude.
En las últimas elecciones celebradas en Venezuela, concretamente el 28 de julio de 2024, dónde los mismos actores desprestigiados de la política tradicional siguen siendo los protagonistas por haberse mostrado siempre serviles a los intereses de la narcotiranía socialista chavista, hoy representada por el colombiano Nicolás Maduro Moros.
Los venezolanos han vivido una última y muy dolorosa decepción tras haberles vendido una victoria segura, con un eslogan más de tantas otras propagandas políticas, esta vez le tocó el turno al nuevo mantra [Hasta el Final].
La represión chavista ha quedado en evidencia como era de esperarse luego de este monumental fraude electoral, hemos visto la persecución, detención y tortura de jóvenes venezolanos e incluso niños que han sido capturados y llevados a los centros penitenciarios más peligrosos de Venezuela, dónde han sido violados y torturados por tan solo haber protestado o haber tenido mensajes de la App Whatsapp en sus celulares criticando al régimen chavista.
Vemos como este mismo “nuevo” liderazgo que dice ser distinto es correteado de un lado a otro por tiranía, luego de haber ilusionado a toda una nación, sin haber previsto o al menos estado preparado para contraatacar la ola de represión que se sabíamos se avecinaba.
Hablamos de una dirigencia que a un mes después del fraude sigue exigiéndole al régimen chavista las aclamadas Actas que le prueban su victoria.
Habría que ser muy ingenuo, por no decir estúpido, para esperar que el régimen chavista bolivariano juegue siquiera medianemente limpio.
Esto nos habla de una dirigencia política ingenua (por no decir cómplice) que no sabe contra quién se enfrenta, una dirigencia que ahora fija sus esperanza en una efímera comunidad internacional pare evitar ser barrida por los criminales chavistas.
Esto sin tomar en cuenta que su ideología es basado le nueva izquierda globalista, es decir; de imponer un nuevo sistema social demócrata progresista.
Por lo que entonces que vemos a dos tipos de izquierda enfrentadas en Venezuela, una izquierda carnívora representada por el régimen chavista y una izquierda vegana progresista inclusiva (bien vista y aceptada por muchos) encarnada por la dirigencia política de moda. Ambas son terriblemente nefastas para Venezuela.
Ahora bien, como era de esperarse, el chavismo jugó sus cartas y el fraude se materializó.
Hoy, los venezolanos que luchan contra el narco régimen chavista se quedan huérfanos de liderazgo político, sin una dirección fuerte y coherente.
Todos sabemos que la verdadera salida pasa por un movimiento de fuerza organizado por civiles y militares venezolanos desde el exilio con entrenamiento previo en operaciones policiales y militares antinarcóticos y antiterrorismo (Que si los hay).
Porque para quienes aún no se han dado cuenta de esto, los venezolanos están frente a un régimen de crimen organizado con ramificaciones en los gobiernos más hostiles del planeta.
No hay salida al régimen chavista a través de la democracia clásica, es imposible combatir a criminales a cargo de un Estado con todo el poder de fuego que eso implica frente a ciudadanos inocentes desarmados por la vía democrática.
El liderazgo político cambia a los actores de manera camaleónica pero sigue el mismo libreto de cohabitación y capitulación ante el régimen chavista.
Sin embargo, sabemos que actualmente ese movimiento armado organizado desde el exilio sería poco probable de materializarse, y menos aún si en los Estados Unidos de América hasta ahora no se cuentan aún con un liderazgo fuerte capaz de enfrentar al crimen organizado global.
Por eso mi apuesta va más al largo plazo, una apuesta no a soldados y policías de esta época, sino a soldados, policías, profesionales, técnicos y políticos de una nuevo era, acompañado por supuesto de un cambio cultural en el venezolano promedio en pro del conocimiento que implica la responsabilidad de querer ser libres.
Nunca podremos cambiar lo que vive Venezuela hoy, porque como ciudadanos venezolanos en el exilio muchas veces estamos sujetos a demandantes actividades propias para nuestra subsistencia en cada país que hemos escogido para empezar de nuevo a ganarnos la vida.
¿Y es posible acabar con la pesadilla chavista mediante la negociación?
Para que se establezca una negociación entre dos partes, se supone que ambas partes tienen un poder que la otra parte no tiene.
En el caso de Venezuela, la situación es un poco más compleja. Estamos ante el caso de un régimen inescrupuloso, totalmente criminal, que se enfrenta a una ciudadanía desarmada, pacífica y profundamente democrática, el tipo de sociedad cerrada que no acepta absolutamente nada más de lo que le imponen los cánones de una democracia liberal clásica occidental.
Esto crea un problema enorme, sobre todo sabiendo que los únicos que tienen verdadero poder de fuego y represión, además de muchos recursos económicos, son precisamente los opresores criminales chavistas.
Quienes dicho sea de paso tienen precio por sus cabezas establecidos por la Administración de Control de Drogas de los Estados Unidos (DEA) y el Dpartamento de Estado norteamericano, esto se debe a la gran cantidad de pistas que los vinculan con actividades de narcotráfico en la región.
Esta ciudadanía pacífica, que es absolutamente mayoritaria, sufre constantemente el abuso y el incumplimiento sistemático de cualquier compromiso que la narcotiranía chavista adquiera a nivel internacional, sin importarle absolutamente nada.
Entonces, ¿podría plantearse un reparto de cuotas nacional de poder con la falsa oposición para mantener una relativa paz?
Sí, eso es perfectamente posible, pero quien proponga esa “solución” tendrá que reconocer que nunca será libre, tendrá que aceptar la imposición de los criminales en el poder y vivirá para siempre con la bota del tirano sobre su cuello.
Tendrá que aceptar que renunciará a su libertad para siempre a cambio de un mal vivir.
Pero entonces, ¿Qué otra manera habría de salir de esta narcotranía socialista genocida a futuro?
Quizás entonces en el futuro veamos una nueva generación de líderes nobles de origen venezolano, la mayoría de ellos con doble nacionalidad, que por esas providencias de la vida, decidan entonces recuperar el país que un día fue de sus padres y abuelos.
No todo está perdido, compatriotas venezolanos, la esperanza siempre estará ahí, la diferencia está en sobre cuáles bases de realidad construiremos esa nueva esperanza.
Sigamos adelante y sobre todo construyamos familias fuertes con hijos con identidad propia, seguros de sí mismos, que conozcan sus raíces y tradiciones, que las puedan conservar en el tiempo sin temor ni vergüenza.
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Carlos Socorro.
Blog Conservadores.
Septiembre, 2024.
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